jueves, 25 de septiembre de 2008

Cañada inundada


Hoy en El País:

El paisaje después de la tromba de agua no casa demasiado bien con la
imagen cosmopolita y moderna de la capital de España. La Cañada Real, cuyas
casas siguen inmersas en un procedimiento de desalojo desde hace varios meses,
se anegó completamente. Los niños juegan semidesnudos en un fangal verdoso,
entre hierros, madera, basura y piezas de los coches arrasados por la riada
del lunes. Los bomberos estuvieron allí el mismo martes, pero sólo se
ocuparon de los problemas que afectaban a un tramo de la carretera de
Valencia que quedó sumergido. Una vecina de la zona lo resume así: "Nadie se acuerda de nosotros".

Llevo pensando en nuestra vuelta a la Cañada toda la semana, pero no se me ha ocurrido pensar en cómo les había podido afectar el diluvio del lunes...yo tampoco me acuerdo de vosotros.