viernes, 3 de octubre de 2008

Último día

Voces cargadas de ansiedad al otro lado del teléfono. Muchas prisas, muchas prisas. Miradas prepotentes se alternan con otras que invitan a la simpatía pero estoy encerrada en un cubículo cerrado a la comunicación, sólo puedes hablar a través de máquinas. No hay espacio para la persona.

Hoy, en mi último día de esta vuelta a los orígenes, una voz desconocida me ha dicho que debería dedicarme a la radio. Buen regalo de despedida.

1 comentarios:

Hector Mancha dijo...

la humanidad esta aveces ahogada ...