lunes, 2 de febrero de 2009

Cangrejos

Si la clase obrera, tras arrancar de su corazón el vicio que la domina y que
envi­lece su naturaleza, se levantara con toda su fuerza, no para reclamar
los Derechos del Hombre (que no son más que los derechos de la explotación
capitalista), no para reclamar el Derecho al Trabajo (que no es más que el
derecho a la miseria), sino para forjar una ley de bronce que prohibiera a todos
los hom­bres trabajar más de tres horas por día, la Tierra, la vieja Tierra,
estremecida de alegría, sentiría brincar en ella un nuevo univer­so... ¿Pero
cómo pedir a un proletariado corrompido por la moral capitalista que tome una
resolución viril?


Paul Lafargue, "El derecho a la pereza", 1880.

1 comentarios:

Hector Mancha dijo...

en mi curro para hacer la paella a los cangrejos se les da la peor muerte que se pueda imaginar... se les arrancan los huevos para echarlos luego en agua hirviendo....mmmmm mejor no ser cangrejos¡¡¡¡


P.D.: telefonica¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ leñe¡¡¡¡¡¡