martes, 3 de marzo de 2009

Falsa erudición

¿Conocéis la sensación? Empiezas a hablar y, de repente, una nebulosa invade tu cabeza. Las frases salen de tu boca automáticamente y cada palabra, te retumba en el pecho. A veces, entre una y otra, unos segundos respiran una eternidad. Vuelves al principio, las no gotas en la frente te delatan. Tu rostro está al punto de ebullición. Por fin te callas, y admites tu derrota. Puede que hagas algún chiste del árbol caído, para minimizar el golpe.

Un fracaso invisible, contra ti mismo. Mala sensación. La conozco bien. Suele manifestarse frente a determinadas personas. Te ves ridículo, ignorante, una marioneta tontorrona emitiendo graznidos ante alguien que te sobrepasa. Pero, ¿sabéis qué? El problema no es tu inseguridad, o tu ignorancia, sino que se traslada al otro, al falso erudito. El secreto del aprendizaje es el intercambio. Y los que saben de verdad, disfrutan compartiendo, sencilla y relajadamente. Ellos tampoco dejan de absorber.

Siempre he intuido que tras el elevado personaje que te coloca en ese lugar, se escondía un gran complejo. Hoy lo he corroborado. Porque hoy, la falsa erudita, era yo.

1 comentarios:

Hector Mancha dijo...

uau la puta que bien escribes coño( y que mal hablo yo)