Virtual es que tiene existencia aparente y no real. Una palabra explotada al máximo en este nuevo siglo. Por lo general, una comunidad virtual se refiere a un grupo de gente con unas pautas comunes, unos vínculos invisibles creados a través de la red de redes. Pero también encontramos comunidades intangibles en la realidad cotidiana. Porque, ¿qué es la Cañada Real sino una comunidad virtual? Tiene una existencia aparente, pero no real. Una población al margen de la legalidad institucional, ajena a los derechos civiles y cuyo día a día está marcado por el temor a que una mañana al despertarse, su hogar y todas sus pertenencias sean eliminados por una orden judicial.
Cien viviendas pendientes de órdenes de desalojo. Hace unas semanas cayeron tres de golpe. Los vecinos no saben a qué responde el que sea una u otra la elegida. El Sr. Ibrahim, profesor de cultura coránica de la Mezquita, asegura que este edificio será el último bastión. La casa de todos, el corazón de la cultura de los excluidos por el sistema, no puede ser derrumbada. En sus aulas, los niños de la Cañada bucean por sus raíces. Esta es una de las escuelas sobre la que pende la sospecha de fanatismo. El miedo provoca fantasmas. Cerremos los ojos.
Cien viviendas pendientes de órdenes de desalojo. Hace unas semanas cayeron tres de golpe. Los vecinos no saben a qué responde el que sea una u otra la elegida. El Sr. Ibrahim, profesor de cultura coránica de la Mezquita, asegura que este edificio será el último bastión. La casa de todos, el corazón de la cultura de los excluidos por el sistema, no puede ser derrumbada. En sus aulas, los niños de la Cañada bucean por sus raíces. Esta es una de las escuelas sobre la que pende la sospecha de fanatismo. El miedo provoca fantasmas. Cerremos los ojos.
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