Salamanca...

…nunca defrauda. Esta ciudad es garantía de un fin de semana estupendo.

Me encantaría poder escribir algo bonito narrando las experiencias de este viaje pero ando siempre tan cansada que las palabras aguardan la jornada laboral para manifestarse (cabronas...). Sólo espero que esto sea un duro período de reajuste y que, en breve, aprenda a compaginar la vida social, académica, comunal y laboral, para recuperar el punto de equilibrio. No asustarse, ya conocéis mi tendencia bipolar.

Aunque el texto sea una chapuza no quiero dejar de contaros la cantidad de cosas chulas que se pueden hacer en dos días en esta ciudad.

Rollito cultureta:

Acercaos al Archivo General de la Guerra Civil (sito en la calle del Expolio…manda huevos…) con curiosidad morbosa. El área dedicada a la masonería es brutal y da pie para hacer muy buenos chistes…

El DA2 acoge hasta el 7 de enero la exposición “Rock My religion”. El próximo fin de semana hay concierto homenaje a los Ramones….pero hay que decir que el sábado pasado no estaba muy animado…Es preferible ir por la mañanita y con tiempo…
Lo mejor, la cinta Skorpio Rising (1964) de Kenneth Anger, la fotografía de BB King en pantalón corto y con unos calcetines hasta la rodilla dándolo todo y Exploding Plastic Inevitable, el proyecto multimedia concebido por Warhol para la presentación de The Velvet Underground&Nico en 1966…Casi me quedo a vivir ahí dentro…por ser Peel Slowly & See el disco que le devolvió el alma a mis orejas y el motor de mil y una casualidades imposibles…

Comilonas:

El tapeo salmantino es un clásico. La calle Van Dyck ha sido rebautizada por “la calle de los pinchos”…así que ya sabéis. Eso sí, si queréis pegaros un homenaje tipo Obelix en las 12 pruebas, acercaros al Mesón La Parrilla en el número 55 de esa misma calle. Sitio acogedor, personal majísimo y bandejas a rebosar de carne, pimientos y patatas, regadas con vino de la casa y fuentes de cerveza por poco más de 10 euros…Calculad las raciones para la mitad de los que vais si no queréis reventar…

Se puede desayunar café con churros a las 2 de la tarde…pero si queréis tapas de calidad, no esperéis a las 5 para comer…aunque sea una obviedad no está de más recordarlo…

Cafés:

Deliciosos…atmósferas cálidas y buena música…están por todas partes, pero en El Corrillo Café, además el camarero es muy guaaaapo....armmm…

Parranda:

Hay vida más allá del Camelot y del Submarino…en los alrededores de la Plaza de San Justo se localizan los baretos de melenudos…En el Paniagua y en La Imprenta sirven cerveza y minis a buen precio (creo recordar…) y ponen desde punk a éxitos poperos graciosos…Terminar la noche en el Potenkim está muy bien…rollo discoteca pero con hilo de los 60 y 70 para bailar hasta el amanecer…o hasta que se pete…cosa que ocurre a partir de las 5. Es mejor salir un viernes, el día que la mayoría de los universitarios están de resaca, porque los sábados se pone imposible…

La calle:

Hace frío, sí, pero un paseo a bajo cero por estas calles vale la pena…id bailando o pegando saltos…o achucharos, que no hay nada mejor que el calor humano…