Cada una en un sillón, sitio fijo e itinerante, gafotas y coleta. Entramos en un agujero negro de músicas, letras y relatos compartidos. Todo improvisado, pero nada casual. Historias cotidianas narradas con delicadeza y detalle. El tempo siempre cuidado. No sabemos si tratamos de hacer literatura con cada anécdota superficial o si, ya no podemos hablar de otra forma. Cuando llega la oscuridad, nos abotarga y nos empapa a ambas, pero siempre hay un espacio para el humor negro. Tantas veces sin palabras. Y qué bueno es reírse a carcajadas, y que peligrosa esta burbuja que nos separa tan a menudo de la realidad.
Al otro lado, me esperan las facturas, las prisas, la lucha diaria, los compromisos, los desencuentros, la incomunicación, mi personaje laboral, mi cara familiar, mi abrazo amistoso, mis mordiscos lascivos, mi caos vital, que cada día se refleja más en este rostro que frente al espejo me pregunta con mayor insistencia hacia dónde voy. Pero, ¿por dónde coño se llegaba al mar?
jueves, 26 de marzo de 2009
Deberes diarios
Publicado por Carmen en jueves, marzo 26, 2009
Etiquetas: Tontunas
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3 comentarios:
cuevita cuevita...¡que bien escribes putona!
Non podemos falar doutra forma...jeje
Ya me lo temía...como dice Silvia, damos un yuyaco..
y qué sería de una ogra sin su cueva...gracias nene!
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