Voces cargadas de ansiedad al otro lado del teléfono. Muchas prisas, muchas prisas. Miradas prepotentes se alternan con otras que invitan a la simpatía pero estoy encerrada en un cubículo cerrado a la comunicación, sólo puedes hablar a través de máquinas. No hay espacio para la persona.
Hoy, en mi último día de esta vuelta a los orígenes, una voz desconocida me ha dicho que debería dedicarme a la radio. Buen regalo de despedida.
Hoy, en mi último día de esta vuelta a los orígenes, una voz desconocida me ha dicho que debería dedicarme a la radio. Buen regalo de despedida.
1 comentarios:
la humanidad esta aveces ahogada ...
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