Los 'geos' y la Guardia Civil acordonan el Sector V del poblado chabolista para evitar incidentes
AGENCIAS - Madrid - 14/10/2008
Las excavadoras han vuelto esta mañana al Sector V del megapoblado chabolista de la Cañada Real Galiana, la zona más próxima a Rivas Vaciamadrid, que ha sido acordonada por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional y agentes de la Guardia Civil para proteger el área y poder proceder al derribo de varias viviendas, según ha informado uno de los párrocos de la Iglesia de San Carlos Borromeo, Javier Baeza. La zona, por segunda vez en 20 días, se convirtió el pasado fin de semana en un lodazal a consecuencia de las lluvias caídas en el sureste de la Comunidad de Madrid.
Baeza ha explicado que el derrumbamiento de las viviendas ha comenzado sobre las 9.00 y que sus responsables están llevando a cabo un despliegue "mayor" que la última vez, en marzo, cuando se derribó un edificio ilegal donde estaban alojadas familias de origen boliviano. "En este caso, han tirado varias viviendas donde viven familias de marroquíes, muy próximas al edificio de los bolivianos que se derrumbó", ha indicado el párroco. A su juicio, esta entrada en la Cañada, pocas horas después de que la lluvia dejase destrozada toda la zona, llena de barro y de condiciones insalubres para los ciudadanos que habitan allí, está hecha "con mala leche".
Así, ha destacado que la Policía -protegidos con cascos y escudos- y la Guardia Civil, presentes en el lugar al tratarse de una zona rural, han acordonado la zona desde la M-50 y las excavadoras "han reventado y sacado todas las conducciones de agua". Asimismo, han obligado a los vecinos a que permanezcan en sus casas, algo que no han podido hacer, y se encuentran concentrados "expectantes" en el límite de la zona acordonada, "lejos pero viendo los derribos".
En estos momentos, Baeza está intentado ponerse en contacto con el Defensor del Pueblo "porque la situación es una locura" mientras que espera a ver qué ocurre con los vecinos "y cómo sigue la situación", ha añadido el párroco, visiblemente preocupado por el curso que están tomando los acontecimientos, después de que la zona se haya vuelto a ver muy afectada por las lluvias que cayeron el pasado fin de semana.
Los últimos derribos en la Cañada se produjeron hace dos semanas, el pasado día 1, pero en el Sector IV, donde el Ayuntamiento de Madrid derribó ocho casas sin una orden judicial, la autorización indispensable para desalojar y demoler una vivienda. Un portavoz del Ayuntamiento reconoció la ausencia de la orden pero explicó que ésta no era necesaria porque las casas estaban inhabitadas. "Algunas estaban sin terminar de construir. Tenemos la seguridad de que allí no había nadie", señaló el mismo portavoz. Los vecinos negaron este extremo. "Tenemos la seguridad de que al menos cinco personas estaban empadronadas en algunas de las viviendas que se han derribado y lo vamos a demostrar", comentó Lidia, presidenta de la Asociación de Vecinos del Sector IV.
Baeza ha explicado que el derrumbamiento de las viviendas ha comenzado sobre las 9.00 y que sus responsables están llevando a cabo un despliegue "mayor" que la última vez, en marzo, cuando se derribó un edificio ilegal donde estaban alojadas familias de origen boliviano. "En este caso, han tirado varias viviendas donde viven familias de marroquíes, muy próximas al edificio de los bolivianos que se derrumbó", ha indicado el párroco. A su juicio, esta entrada en la Cañada, pocas horas después de que la lluvia dejase destrozada toda la zona, llena de barro y de condiciones insalubres para los ciudadanos que habitan allí, está hecha "con mala leche".
Así, ha destacado que la Policía -protegidos con cascos y escudos- y la Guardia Civil, presentes en el lugar al tratarse de una zona rural, han acordonado la zona desde la M-50 y las excavadoras "han reventado y sacado todas las conducciones de agua". Asimismo, han obligado a los vecinos a que permanezcan en sus casas, algo que no han podido hacer, y se encuentran concentrados "expectantes" en el límite de la zona acordonada, "lejos pero viendo los derribos".
En estos momentos, Baeza está intentado ponerse en contacto con el Defensor del Pueblo "porque la situación es una locura" mientras que espera a ver qué ocurre con los vecinos "y cómo sigue la situación", ha añadido el párroco, visiblemente preocupado por el curso que están tomando los acontecimientos, después de que la zona se haya vuelto a ver muy afectada por las lluvias que cayeron el pasado fin de semana.
Los últimos derribos en la Cañada se produjeron hace dos semanas, el pasado día 1, pero en el Sector IV, donde el Ayuntamiento de Madrid derribó ocho casas sin una orden judicial, la autorización indispensable para desalojar y demoler una vivienda. Un portavoz del Ayuntamiento reconoció la ausencia de la orden pero explicó que ésta no era necesaria porque las casas estaban inhabitadas. "Algunas estaban sin terminar de construir. Tenemos la seguridad de que allí no había nadie", señaló el mismo portavoz. Los vecinos negaron este extremo. "Tenemos la seguridad de que al menos cinco personas estaban empadronadas en algunas de las viviendas que se han derribado y lo vamos a demostrar", comentó Lidia, presidenta de la Asociación de Vecinos del Sector IV.
Fuente: elpais.com
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