Fin de semana

Cena deliciosa. Celebramos que, cuando llega la cuenta, ya no se me pone la cara colorada.
Caras amigas beben por una despedida. Viaje a Hungría para visitarle en abril.
Zafarrancho de limpieza. Traslado mis basurillas a la habitación del caos.
Llega un paquete sorpresa. Castañas acompañadas de poemas.

Eu nacín dentro dun berce
onde tocar ninguén ousaba: quen puña
a mao non tornaba. Entre cidades e
cortes me desexan ver crecida e as
mulleres preguizosas comigo gañan a vida.

Sexo adolescente en un descampado. El segurata de la fábrica ya tiene una anécdota para contar.
Más viajes. ¿Londres en diciembre? ¿Brasil en agosto? Cuento de la lechera con mi sueldo de redactora.
Orgullo y complicidad en los ojos de mi hermano. ¡Cómo nos gustamos!
Carcajadas en el salón azul. Irene aterriza, le duele la cara de reírse…y de ser tan guapa.
Desencuentro en la hora de la cena. Mi optimismo choca, de nuevo, con otro desencantado. ¿Por qué se confunde libertad con dejadez? No consigo quitarme la cara de idiota…
Cervezas de reafirmación del trío de la puerta de atrás. Nuestro ego sigue intacto.
Domingo de trabajo. Tras la pantalla del ordenador, veo un parque solitario lleno de luz.